martes, 27 de octubre de 2009

AÚN EXISTE LA ESCLAVITUD EN EL MUNDO!


Brasil extinguió oficialmente la esclavitud en 1888. Sin embargo, estos 121 años no han sido suficientes para que el país más grande de Latinoamérica eliminara en la práctica este tipo de explotación. La diferencia es que hoy en día los esclavos no son solamente los negros.

El Gobierno brasileño liberó a 2.216 esclavos entre los meses de enero y septiembre pasados, informa el Ministerio del Trabajo. Este número resulta en un impresionante promedio de nueve trabajadores rescatados diariamente en 2009. Los números fueron parecidos en los años anteriores.

Los esclavos trabajan principalmente en grandes plantaciones de soja y caña de azúcar o en la creación de ganado tanto en las zonas más remotas de Brasil (en el estado amazónico de Tocantins, por ejemplo, 333 hombres fueron rescatados este año) como en las más desarrolladas (en el estado de Río de Janeiro, 361 este año).

La liberación más reciente se produjo esta semana. Los inspectores del Gobierno encontraron a cerca de 90 hombres que trabajaban en la tala de árboles para la construcción de una planta hidroeléctrica en la ciudad de Sapezal, en el estado amazónico de Mato Grosso.



Los trabajadores suelen ser reclutados por grandes terratenientes o empresarios en las regiones más pobres del país, donde el desempleo es alto. Se dejan engañar por la promesa de un sueldo relativamente bueno en otro estado de Brasil.

Apenas llegan, sin embargo, se dan cuenta de que serán sometidos a condiciones humillantes: vivirán en carpas de plástico, no tendrán cuarto de baño, la jornada de trabajo será agotadora y no tendrán un contrato formal. Además, estarán obligados a comprar alimentos, cigarrillos y productos de uso personal en el mercadillo de la finca. Y no habrá otra opción, puesto que las tierras estarán a decenas o centenas de kilómetros de la ciudad más cercana. Es más. Todo el sueldo cobrado por los trabajadores será automáticamente destinado a las cuentas en el mercadillo. Como la deuda crece como una bola de nieve y nunca se puede cancelar, no les queda otra opción que quedarse a la finca y trabajar más y más para pagar lo que deben.

Los trabajadores no se atreven a escapar por varias razones. Primero, porque todos sus documentos fueron confiscados por el empleador. En segundo lugar, hay guardias armados que vigilan en las salidas de la finca. Luego, están lejos de casa y no tienen dinero suficiente para el viaje de regreso. Por fin, creen realmente que la deuda es legítima y debe ser pagada.

Más de 10.000 liberados en dos décadas

A mediados de los años 90, el Gobierno brasileño creó grupos de inspectores que investigan las denuncias de explotación de mano de obra esclava. Desde entonces han liberado a 10.731 trabajadores y impuesto multas a los terratenientes por un total de 9 millones de reales (unos 3,4 millones de euros).

Debido a los riesgos, los inspectores del Ministerio de Trabajo sólo realizan este trabajo junto a oficiales de la Policía Federal armados. En 2004, tres funcionarios y su chofer fueron asesinados durante una investigación en una plantación de frijoles en el estado de Minas Gerais.

Cuando llegó a la Presidencia en 2003, Luiz Inácio Lula da Silva dijo que la lucha contra el trabajo esclavo sería una prioridad en su administración. Recientemente, el gobierno creó una "lista negra" (http://www.mte.gov.br/trab_escravo/lista_suja.pdf) con los nombres de todos los agricultores condenados por ese delito.

A pesar de los esfuerzos de Lula y de los pedidos de la sociedad brasileña, el Gobierno no ha logrado aprobar una ley que autorice la expropiación de las tierras donde se encuentren esclavos y se las destine a la reforma agraria. Los legisladores que defienden los intereses de los terratenientes en el Congreso Nacional han logrado evitar su aprobación desde hace cerca de diez años. Algunos de estos legisladores incluso han sido acusados de utilizar trabajo esclavo en sus tierras.


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