Lo de Evo Morales, ese indio del jersey a rayas, es inexplicable. No entra en cabeza humana que alguien capaz de pasarse por el poncho la seguridad jurídica de multinacionales tan respetables como Repsol y nacionalizar los hidrocarburos, que un populista amigo de Chávez y de Castro, que un tipo extravagante y de pocas luces, trastornado por la Pachamama y por esas absurdas leyendas aymaras y quechuas con las que se llenó la cabeza cuando era ladrillero, panadero, trompetero y cocalero haya sido capaz de volver a ganar las elecciones en Bolivia de manera arrolladora. Está visto que cada país tiene los gobernantes que se merece.
Con Morales, Bolivia está condenada a truncar ese horizonte luminoso en el que la esperanza de vida no pasaba de los 65 años -la segunda más baja de América Latina tras Haití-, en el que 70 de cada 1.000 recién nacidos moría antes de los cinco años, y el 41% de los que sobrevivían no iban a clase, y el 18% de los que iban ni siquiera terminaba los estudios primarios. Antes de este personaje, al que con razón detesta el PP, el futuro del país andino estaba perfectamente diseñado de acuerdo a los principios de la ortodoxia liberal. Tenía un 63% de pobres, un 48% de la población subsistía con dos dólares al día o con menos y un 20% padecía desnutrición, de acuerdo. Pero el país sabía que en 178 años, según cálculos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, saldría de la miseria. ¿Para qué querrían los habitantes del mayor productor de gas natural del mundo calentarse con otra cosa que no fueran las bostas de llama, tan abundantes en el altiplano, o soportar los inconvenientes de las redes de alcantarillado?
El tal Evo ha venido a trastocarlo todo. Y además, por casualidad, le suena la flauta. Resulta que con las locuras de este indígena el PIB de Bolivia crecerá en 2009 un 3,2%, el índice más alto de toda América Latina, y eso después de subsidiar a las madres para que no se mueran sus hijos, y a éstos para que no dejen los estudios, y a los ancianos para que puedan seguir siéndolo.
En Bolivia, al parecer, se invierte poco, pero desde que se nacionalizó el gas y el petróleo los ingresos por exportaciones se han multiplicado por diez. Morales lleva al país hacia un abismo en el que, quizás, sus habitantes puedan plantearse hacer tres comidas diarias. Entonces, todo estará perdido.
Juan Carlos Escudier
DIARIO PÚBLICO
2 comentarios:
La verdad, no se que decir sobre este columnista, es quiza como algunos seudoanalistas que aparecieron en mi natal bolivia en estos 4 años de gobierno del excelentísimo señor presidente constitucional, pero lo que este no entiende es que ha sido elegido por segunda vez consecutiva por más del 50 % de votación, para nosotros que vemos las obras que hace evo, son palpables y no como antes, todos los gobernantes eran una tropa de sinverguenzas que de gobernantes tenían la investidura solamente, pero de picaros eran sus actos, así que señor "XYX" le pido se quite la venda de los ojos y piense como la mayoria de los bolivianos, y no como algunos pinches racistas que son mas feos que los feos y sin embargo critican a los de su misma condicion. gracias y mil perdones a aquellos que se merecen.
Estimado Víctor Hugo, creo que has tomado de forma equivocada el carácter del artículo. Como bien escribe Lipazma es importante leerlo hasta al final para darse cuenta de que el autor, sin pretender ser analista de nada, utiliza la más sarcástica de las ironías para atacar los argumentos que los sectores mas conservadores de Bolivia utilizaron al ser nombrado Hugo Morales por primera vez presidente. Desde que era un cocalero sin ninguna preparación para poder llevar a cabo las funciones de gobierno, hasta que era un indio revanchista que lo único que quería era devolverle el golpe a la población blanca boliviana.
Además es de libro cuando el articulista socarronamente habla del horizonte de esperanza que tenía Bolivia antes de la llegada de Morales: un país que tenía una de las tasas de mortalidad infantil más altas de latinoamerica, donde el 40% de los niños no estaban escolarizados y que según estudios de la ONU necesitaría 178 años para salir de la miseria, que esperanza iba a tener!!!!!
Y por eso la parte final del articulo: que este "indio" haya conseguido que el PIB crezca a un 3'2% a pesar de todas las ayudas sociales que esta proyectando en los más necesitados como subsidiar a las madres para que no pierdan a sus hijos, a estos hijos para que no dejen los estudios y dar subsidos dignos a los mayores es una locura que "lleva al abismo" ( que como bien dice el autor socarronamente),es el abismo de que por fin todos los bolivianos puedan hacer tres comidas al día.
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